domingo, 12 de enero de 2014

Rosita Renard at Carnegie Hall

01

Rosita Renard at Carnegie Hall [Live] 19 January 1949 plus Rare Recordings from 1928
EAC rip | Flac, IMG+CUE, Log | 284 MB | Full HQ scans | WinRar [no rec. rec] | RS.com
Label: VAIA/IPA # 1028-2 | Rel. 1993| Rec.: 1949 (Carnegie Hall Recital) & 1928 (Rare 78 RPM Recordings)

From the notes: Rosita Renard was born in Santiago, Chile, on February 8, 1894, the daughter of a building contractor; she showed extraordinary gifts as a child, and made her pianistic debut at the age of fourteen playing the Grieg Concerto with the Chilean Symphony Orchestra. A year later the government awarded her a scholarship to study in Berlin at the Stern Conservatory. Arriving there in 1910, Rosita was put in the master class of Martin Krause, a Liszt pupil today remembered as the teacher of Edwin Fischer, who was Renard's classmate and friend, and Claudio Arrau, her countryman, who was seven years Renard's junior. The two families were friendly and when it came time for the nine-year-old Arrau to audition fro Krause in 1912, it was Rosita Renard who actually took the young boy by the hand to the audition" Notes by Edward Blickstein


02

CD 1
Bach: Partita No. 1 in B flat

1. Prelude
2. Allemande
3. Courante
4. Sarabande
5. Minutes 1 and 2
6. Gigue
Mozart: Sonata No. 15, K. 310 in A minor
7. Allegro Maestoso
8. Andante Cantabile con Espressione
9. Presto
10. Mendelssohn: Variations Sérieuses, Op. 54
11. Mozart: Rondo, K. 485, D major
12. Chopin: Etude, Op. 10 No. 11, E flat
13. Chopin: Etude, Op. 25 No. 5, E minor
14. Chopin: Etude, Op. 10 No. 3, E major
15. Chopin: Etude, Op. 25 No. 8, D flat
16. Chopin: Etude, Op. 25 No. 4, A minor
17. Chopin: Etude, Op. 10 No. 2, A minor
18. Chopin: Mazurka, Op. 30 No. 4, C sharp minor
19. Mendelssohn: Prelude, Op. 104 No. 1, B flat
20. Chopin: Etude, Op. 25 No. 2, F minor
21. Chopin: Etude, Op. 25 No. 3, F major
22. Chopin: Etude, Op. 10 No. 4, C sharp minor


CD 2
1. Ravel: Valses Nobles et Sentimentales
2. Debussy: Danse
3. Chopin: Mazurka, Op. 59 No. 3, F sharp minor
Live Recording on January 19, 1949 at Carnegie Hall

From 78 rpm discs (recorded circa 1928):
4. Boccherini: Minuet from Quintet, Op. 13 No. 5
5. Mozart: Rondo, K. 485, D Major
Beethoven: Sonata, Op. 31 No. 1 in G major
6. Allegro vivace
7. Adagio grazioso
8. Rondo allegretto
9. Mendelssohn: Prelude, Op. 104 No. 1, B flat
10. Chopin: Prelude, Op. 28 No. 7, A major
11. Chopin: Nocturne, Op. 9 No. 2, E flat
12. Chopin: Nocturne, Op. 15 No. 2, F sharp
13. Strauss/Schulz-Evler: Arabesques on Themes
from The Beautiful Blue Danube(Abridged)
Santa Cruz: From the Suite: Viñetas, Op. 8
14. Galente
15. Grotesque

Rosita Renard, piano


Rosita Renard suffered from a shy and withdrawn personality, which made the strain of concert life too much to bear. It is hard to reconcile the image of this shy, retiring, introverted woman with the grand sweep and power of her playing. Somehow her modesty freed her to ignite before audiences, but the situation caused a tension between the artist and the woman, which precipitated a complete retirement from the stage and returned to Chile...

But in 1945 conductor Erich Kleiber was looking for a pianist to perform a Mozart concerto [in Buenos Aires] and someone suggested Renard. When he heard her play, Kleiber engaged her immediately. Suddenly her career blossomed. She seemed especially at ease with Kleiber and soon became his favorite pianist, playing Mozart concertos with him throughout Latin America.

... The rebirth of her career brought her back to the US. She returned after 22 years to give the only Carnegie Hall concert of her life, the last of her New York recitals, on January 19, 1949. The recital caused a sensation: "Stirring, impressive, enchanting".

Fuente:
Enlace de Descarga: Mega: Rosita Renard

sábado, 31 de marzo de 2012

El Escenario Traicionó La Magia



El Escenario Traicionó la Magia

Con la intención de conocer instrumentos primivitos y músicas autóctonas en la década de los '70 este músico realizó una extensa expedición por el Matto Grosso, donde convivió con diferentes tribus y culturas. En una remota aldea de Caraguas le sucedió un episodio iluminador.

Gismonti, se encontraba tocando la guitarra y repentinamente observó preocupado que todos los hombres se alejaron de él y le dieron la espalda y comenzaron a batir las palmas hacia la selva. Él creyó que los había perturbado o que estaba quebrando algún tabú particular.

Después de un rato le explicaron rudimentariamente que, en realidad su música los había conmovido y que entonces, cuando un hombre está haciendo algo tan importante hay que dejarlo solo y que batieran las palmas hacia la selva era para alejar los malos espíritus, para que de esa manera él pudiera seguir convocado esas melodías para ellos mágicas.

Para los caraguas la música era mágica y transformadora. El músico era un chamán. Ese aplauso era profundamente místico.Cuando el aplauso giró hacia el chamán, éste se convirtió en un artista y nació el escenario.

El aplauso actual es una traición a la magia y el escenario es el espacio principal donde esa traición se ejecuta en los mega eventos que nada cambian en la vida de nadie y que trasnforma a los misteriosos magos en frívolos artistas.

Pero la música sigue viva en todas las calles y aldeas, la hacen todos los hombres, mujeres y niños del pueblo con latas o botellas, convocando así la magia perdida.


El habitante del bosque lluvioso - EGBERTO GISMONTI

Cuenta la leyenda que el señor Egberto Gismonti, en uno de aquellos días en que trataba de convencer a los indígenas de la tribu Yawaiapitì (zona del alto Xingu en la Amazonía) que quería ir a estudiar sus costumbres e idiomática musical, se puso en mitad del bosque a tocar su guitarra y su flauta por 2 semanas consecutivas, lloviera o hiciera mucho calor.
Llegado el momento en que los indígenas curiosos se amontonaron al rededor de Gismonti, hicieron un circulo , espalda con espalda y mirando al bosque.
En un momento de pausa, los indígenas comenzaron a aplaudir, pero no a Gismonti, sino al bosque. Egberto quedó pasmado. Encerrado por las espaldas de los nativos y sin palabras.

Cuando ya pudo entrar en la tribu, con un poco mas de libertad, Gismonti le pregunta al jefe Sapaim, porque ese gesto de no aplaudirlo a él, y el jefe Sapaim le responde :
"Lo que hizo mi gente fue protegerte, proteger tu idea de la música y con sus aplausos espantar a los malos espíritus del bosque que quisieran entrar en tu centro. Nuestra tribu cuido lo mas sagrado que un habitante de este bosque puede hacer, el contacto de su alma con el entorno a través de la música"

Gismonti luego de eso no volvería a ser lo mismo, su particular búsqueda desde el dodecafonismo a la música popular brasileña, desde las composiciones orquestadas al jazz brasilero. Gismonti ha grabado cerca de 100 discos en su carrera llena de perfección y soledad bajo la humedad de los bosques del Brasil.


Entrevista a Enrique Symns de la Rolling Stone

(...) -Mirá, hay dos cosas muy distintas: una es el oficio y otra es ser artista. Para ser un artista hay que ser héroe, chamán y creador. El héroe es lo que te iguala a lo cotidiano, para ser chamán hay que querer a los demás y para ser creador hay que tener talento. Sin esas tres cosas no se puede ser artista. Lo demás es oficio. Egberto Gismonti contaba que él se iba a la selva, al hastío más ignoto, a robar sonidos. Cuenta que una vez llega una tribu, allá en el Mato Grosso, y él en un momento determinado se pone a tocar la guitarra. Ve que todos se alejan de él, se ponen de espaldas y empiezan a batir palmas, entonces él pregunta qué había hecho mal. El chamán lo mira y le dice: “Cuando un chamán [ellos no lo llaman artista] empieza a investigar el misterio, hay que dejarlo solo, hay que darle la espalda y aplaudir hacia la selva para espantar los malos espíritus”. Gismonti entonces dice: “Cuando ese aplauso se dio vuelta y se dirigió hacia mí, se invirtió la brujería, ahora yo soy el mal espíritu, todo lo que suceda en el escenario es una maldición”. Vos fijate, los pobres pibes compran entradas para ver lo que sea. A mí me da mucha verguenza cuando tengo que cobrar entrada; el tipo viene a verte para cambiar su vida y vos lo engañás, no le das nada más que un referente, porque no le estás proponiendo una vida. Por eso el mundo es un mundo desacinado, un mundo global donde ya es muy difícil comparar a un artista con un chamán. Fito Páez también coincidía en esa versión de que a un cantante popular la única posibilidad que le cabe es tener un origen chamánico, porque la música es importante, no la letra. A la canción popular yo siempre le tuve una enorme desconfianza. (...)

domingo, 25 de marzo de 2012

Era un día feliz / El Terremoto y el Mito

Era un día feliz

Tentenvilú había creado el Archipiélago de Chiloé. Ahora descansaba sobre una roca.
En ese momento se presentó Caicaivilú y le dijo:
- Como soy mas astuto que tú porque veo debajo del agua, quiero poseer tu imperio para reinar sobre los hombres.
El Dios de la Tierra, después de reflexionar detenidamente, respondió:
- Bien, tu deseo merece una oportunidad, pero tus dominios sólo abarcarán hasta donde veas tierra, lo verde será mío.
El Dios del Mar inclinó sus fauces y agregó con fruición:
- Gracias por tu generosidad, pero ¿cuándo será eso?
- Al nacer el sol subsiguiente. Necesito ese tiempo para prepararme.
Mientras se alejaba hacia las profundidades del Océano iba pensando: "Este Tentenvilú pretende confundirme con palabras misteriosas. Pasado mañana seré dueño del Archipiélago, y así, cubriré todo con mis aguas eternas. En cuanto a él, lo que más hay allá arriba son piedras y arena... ¡Tierra!.. ¿Verde? ¡Qué cosa más ridícula! ¡La tierra no es verde!
Al tercer día desplegó sus aletas y emergió con aires de triunfo.
Pero durante el día anterior, Tentenvilú había creado la vegetación, las colinas y los bosques mas exuberantes, de manera que Caicaivilú encontró todo verde.
Terriblemente indignado lanzó una diatriba.
- ¡Esta vez me has engañado!... Pero ya verás lo que hago con los seres que habitan tus dominios. Haré que se levante una espantosa marejada y todos morirán ahogados.
Y creó el Maremoto.
Tentenvilú se levantó, sonrió y dijo:
-Yo crearé el temblor que anunciará tu furia y así nadie será sorprendido.
Ademas el Dios de la Tierra, creó la cordillera de la Costa, por lo que resultó inútil la amenaza de Caicaivilú.

Cuentos Ancestrales de la Región Williche. Hector Véliz. Editorial Mentanegra.
Cuento de raigambre ancestral. Escrito acerca de los mitos creadores del Archipiélago de Chiloé.

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El Terremoto y el Mito
En la lengua mapuche existen más de quince palabras que hablan de mantenerse atento, vigilante. La cultura oficial ha sabido adormecer al hombre al extremo de no hacerlo reaccionar ante un cataclismo.
Por Héctor Véliz

La historia oficial nos habla de cataclismos, y hasta tiene su ciencia específica para los terremotos: la sismología.

La historia popular es el folklor, según los creadores de la ciencia oficial; y allí se pueden encontrar los mitos primordiales de la creación mapuche: Tentenvilú y Caicaivilú. Ambas visiones de la realidad conviven en nuestro Chile que deviene también de la Nación Mapuche.

En la lengua ancestral- Mapudungun – existe el concepto chewcuto para señalar el momento previo al truntrun o terremoto, que es la lucha mítica entre el dios de la Tierra (Tentenvilú) y el dios del Mar (Caicaivilú).

Esta creencia popular o mito – todos quienes hemos sido criado en la cosmovisión mapuche, la hemos escuchado y aprendido hasta la pesadilla – es parte de nuestra formación cultural, que nos habla de lo frágil que es la naturaleza humana cuando huye de las fuerzas oceánicas de Caicaivilú.

Este conocimiento de vida que es omitido por los winkas, permitió salvar vidas en las zonas de alta presencia indígena, donde el respeto al conocimiento de los mitos y leyendas, a veces parece constituir el único legado ancestral que poseen los hijos de la tierra para sobrevivir en la Madre Tierra (la Ñukemapu).

En el aspecto político, el ciudadano winka, esperó las voces de sus iluminados – las autoridades y expertos en defensa – para actuar (escapar de la tragedia es imposible) y sobrevivir al terremoto-maremoto. Por otra parte, las comunidades indígenas, gracias a la formación mítica sobre la naturaleza del territorio que les toca habitar – algunos lo llaman determinismo geográfico – no necesitaron sino activar su memoria, el recuerdo vivo, transmitido por generaciones y de manera oral, para salir huyendo hacia los cerros, hasta donde también escapa Tentenvilú y así burlar las embestidas de Caicaivilú.

Dice el weupife (historiador mapuche), que el dios de la tierra tuvo la precaución de crear la Cordillera de la Costa para proteger al hombre de la furia del Caicavilú y que el terremoto es anunciado por sucesivos temblores (truntrun) para que hombres y mujeres huyan hacia las montañas. Pero el winka está demasiado pendiente de la racionalidad del sismógrafo para comprender la irracionalidad de los mitos que pueblan el territorio.

El poder ideológico del gobierno central paralizó toda iniciativa de los ciudadanos que dependen de sus instituciones; no pasó lo mismo con las comunidades lejanas como Cobquecura, donde primó el recuerdo, la memoria, el mito. Esa comunidad indígena nos demuestra que el hombre necesita de sus mitos para mantenerse despierto y alerta. En la lengua mapuche existen más de quince palabras que hablan de mantenerse atento, vigilante; incluso los sueños son signos de alerta. La cultura oficial ha sabido adormecer al hombre al extremo de no hacerlo reaccionar ante un cataclismo.

El sismo, dicen, muestra lo peor y lo mejor del ser humano. En la urbe, el saqueo y la estafa salieron de los escombros para mostrar su espantosa desfachatez; al parecer, no sucedió así en las comunidades más distantes de la cultura oficial. En estos apartados lugares, los ciudadanos comunes y corrientes, alejados de toda influencia de la ciencia social, fueron capaces de mantener los lazos asociativos para no sólo escapar hacia la supervivencia sino, además, para mantenerse unidos como una sola gran familia.

El delirio tremens en que se sumió parte de la población – unos saqueando y otros armándose para matar – muestra el grado de desesperación social que se genera cuando la ciencia del Estado fracasa o se demora en reaccionar.

Los organismos del poder fueron salvados por los comunicadores, esos anarquistas que afortunadamente todo lo denuncian y todo lo critican. Así, la naturaleza, pareciera decirnos que a mayor civilización, mayor tribulación; y que a más folklor, mejor comprensión de la vida, porque ese conocimiento popular no es otra cosa que la memoria, el recuerdo activo manifestado cara a cara, lejos de esos tediosos tratados donde la tragedia humana es tabulado en estadísticas que finalmente nadie consulta.

Podrán decir que soy un mitómano, pero es en medio de ésta alegoría, donde la épica popular mantiene fresca la memoria de los pueblos desaparecidos bajo las fauces del océano, por aquellos que no creen en las narraciones que hablan de la lucha entre los dioses primordiales de la cultura mapuche.

Por otra parte, los partidos políticos, demostraron su incapacidad frente a las comunidades que dicen representar, porque fueron las organizaciones populares sin ideologías políticas, quienes tomaron el mando de las circunstancias, como esa niñita de la Isla Juan Fernández, que salvó a su comunidad, tal vez porque en su memoria fresca e impresionable, mantenía el recuerdo de la fuerza demoledora de ese dios celoso, que quiso destruir a la humanidad.

sábado, 29 de octubre de 2011

Osvaldo Pugliese

Osvaldo Pugliese
Por Néstor Pinsón.

Pianista, director, compositor.
(2 de diciembre de 1905 - 25 de julio de 1995)
Nombre completo: Osvaldo Pedro Pugliese.

Su padre, Adolfo, obrero del calzado, intervenía como flautista aficionado en cuartetos de barrio que cultivaban el tango. Dos hermanos mayores tocaban violín: Vicente Salvador, "Fito", y Alberto Roque, más consecuente que el primero y por muchos años ligado a la música. A Osvaldo fue el padre quien le impartió las primeras lecciones de solfeo, y comenzó a balbucear con el violín también, pero pronto se inclinó por el piano, aunque don Adolfo tardó cierto tiempo en comprar el costoso instrumento. Tras formarse en conservatorios de la vecindad, a la edad de 15 años se inició profesionalmente en el llamado "Café de La Chancha", así bautizado por los parroquianos en alusión a la poca higiene del dueño.

Poco después, ya en un conocido café del centro de Buenos Aires, integró el conjunto de la primera mujer bandoneonista que tuvo el tango, Francisca "Paquita" Bernardo. Ascendiendo en su carrera, Osvaldo se incorporó al cuarteto de Enrique Pollet, luego a la famosa orquesta de Roberto Firpo, y en 1927 ya era pianista de la orquesta del gran bandoneonista Pedro Maffia, de la que se desvinculó, junto al violinista Elvino Vardaro, para formar un conjunto a nombre de ambos, que se sabe fue de avanzada, pero del cual no han quedado grabaciones.

Vardaro-Pugliese debutaron en el café Nacional, para emprender luego una extensa gira por el interior del país. Los acompañaba como representante–gerente el poeta Eduardo Moreno, autor de la letra del tango "Recuerdo", el más célebre de los firmados por Pugliese, y también, propuesta por Moreno, la cancionista Malena de Toledo. La gira fue un fracaso económico, y Vardaro debió empeñar su arco "Sartoris" para pagar los pasajes de regreso.

Pugliese se asoció luego con otro violinista, Alfredo Gobbi, formando un conjunto, uno de cuyos bandeonistas era el jovencísimo Aníbal Troilo. Aquello duró pocos meses, tras lo cual formó su primer elenco propio al lograr la oportunidad de actuar en un par de locales. Posteriormente integró dos dúos, primero con Gobbi y luego con Vardaro, para actuar en emisoras de radio. En 1934, cuando el bandoneonista Pedro Laurenz -ex De Caro, como Maffia- formó orquesta, Pugliese ocupó el piano, ocasión en que escribió los primeros arreglos sobre un par de tangos, entre ellos "La beba", que le pertenece. En 1936 integró el conjunto del bandoneonista Miguel Caló, aún enrolado en la tendencia "decareana", y de esta manera fue encauzando sus ideas estéticas sobre el tango. Hasta 1938 formó Pugliese nuevas agrupaciones que no se consolidaron, e intentó sin éxito estructurar una cooperativa de trabajo, como expresión de sus ideas comunistas.

Su definitiva proyección hacia el tango que pretendía se inició el 11 de agosto de 1939, al presentarse de nuevo en el café Nacional. Amadeo Mandarino era el cantor de su debutante orquesta. Luego de un tiempo rearmó el conjunto, ya con Augusto Gauthier como vocalista. Pugliese era director, pianista y arreglador de ese conjunto, que, esa vez sí, funcionaba como una cooperativa. Desde un café del barrio de Villa Crespo saltaron a la radio más importante del momento, El Mundo, gestándose una importante hinchada que los seguía, compuesta por fanáticos de su estilo y adeptos al Partido Comunista.

La continuidad en la labor le permitió afianzar su concepción, apoyado en el aporte de compañeros suyos como el contrabajista Aniceto Rossi, tan importante para darle el sentido rítmico que necesitaba. Fundamental fue el bandoneón de Osvaldo Ruggiero, quien permaneció junto a Pugliese hasta 1968, profundamente consustanciado con el director. Y otro tanto puede decirse del violinista Enrique Camerano, nacido -dijo alguien- para tocar con Pugliese. Este se afirmaba como el más fiel exponente del estilo decareano, pero con una rotunda marcación rítmica, atractiva para el bailarín sin por ello sacrificar calidad.

De suma importancia, para cuando su orquesta llegó al disco en 1943, fue la aparición de Roberto Chanel, cantor recio, de voz nasal y estilo "compadrito" que dejó 31 grabaciones. Buscando un vocalista contrastante, Pugliese incorporó luego a Alberto Morán, dramático y sensual, de rara aptitud para la media voz y perfecto acople con el acompañamiento orquestal. Su atractivo para las mujeres no fue igualado por ningún otro cantor. Quedaron de Morán 48 obras grabadas. Apenas 8 registró a su vez, entre 1949 y 1950, Jorge Vidal, otra de las voces importantes en la historia de esta orquesta. Entre los cantores posteriores sobresalieron, aunque con repertorios de irregular calidad, Jorge Maciel y Miguel Montero.

Dentro de la década del '40, Pugliese grabó algunos temas instrumentales propios con los que se anticipó a la vanguardia. Es el caso de "La yumba" (convertido en algo así como el himno de su orquesta), "Negracha" y "Malandraca". Por estos dos últimos se lo considera un precursor en el empleo de la síncopa y el contrapunto, adelantándose a Horacio Salgán y Astor Piazzolla. Otros importantes tangos que Pugliese escribió e interpretó son, ante todo, el mencionado "Recuerdo", y "La beba", "Adiós Bardi", "Recién", "Barro", "Una vez" y "El encopao". Por años, la orquesta de Osvaldo Pugliese estuvo prohibida para la radiodifusión, como medida de censura política, pero ello no logró mermar su popularidad.

Fuente:

No era tan sólo un gran pianista, también era un ciudadano comprometido con la sociedad. En 1935 impulsó el Sindicato Argentino de Músicos del que fue el afiliado número 5. Inició, entonces, una lucha "... donde el trabajo sea una dignidad personal y no un castigo". En 1936 se afilió al joven Partido Comunista Argentino (108 era su número de afiliación). Esto y sus ideas provocaron que fuera perseguido, censurado y encarcelado durante el gobierno de Juan Domingo Perón y luego durante el gobierno de facto conocido como la autodenominada Revolución Libertadora. Pero durante el tiempo que duraron sus penurias, su orquesta no dejó de tocar, aunque huérfana de su director. Fue durante la década de los años 50 que la orquesta del maestro Pugliese animó las milongas del Club Atlético Palermo, que por entonces era un reducto opositor a las políticas oficiales de gobierno. Recibió innumerables distinciones. El gobierno de Cuba le otorgó la medalla Alejo Carpentier, la más importante distinción cultural de la isla; el gobierno francés lo nombró Commandeur de L'Ordre des Arts et Lettres (1988). En tanto su ciudad, la Ciudad de Buenos Aires, en 1986 lo declara Ciudadano Ilustre. En 1989, la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) y la Asociación de Coleccionistas de Tango, descubrieron una placa en la Avenida Corrientes (al 960) en conmemoración de los 50 años del Maestro frente a su orquesta. En 1990, recibió el título de Académico Honorario de la Academia Nacional del Tango.

Fuente:

Partituras:
Todo Tango: Partituras: Osvaldo Pugliese

Videos:

La Yumba, tango de Osvaldo Pugliese:

Galería de Fotos:

Monumento a Osvaldo Pugliese
Av. Corrientes y Scalabrini Ortiz.
Villa Crespo, Buenos Aires, Argentina.

El 2 de diciembre de 2005, día en que el inolvidable maestro Osvaldo Pugliese cumpliría 100 años, se inaugura en su barrio, Villa Crespo, la Plaza en su honor. Esta acción se lleva a cabo a través del Proyecto Plazas Caracterizadas, iniciativa que homenajea a personajes destacados de la cultura de la Ciudad.

El autor de La Yumba, no sólo es uno de los mayores creadores de nuestra música ciudadana, también es ejemplo de coherencia y compromiso social. La apertura de este espacio público se da en el marco del Año Pugliese, a lo largo del cual se desarrollaron charlas, clínicas, recitales y una campaña encabezada por La 2x4 (FM 92.7) para proponer el cambio de nombre de la estación de subte Malabia por el de Osvaldo Pugliese.

La obra es de la escultora Paula Franzi.

La plazoleta Osvaldo Pugliese volvió a lucir la figura del autor de La Yumba, robada del monumento en 2007, en materiales más resistentes que los originales para evitar nuevos robos.

Fuente:



Rosa Araneda - Volcán Calbuco

Dos plagas más el volcán Calbuco y el cambio tan bajo El volcán vomita fuego en la noche y en el día: ¡Ay, Jesús, Virgen María, atiende...