sábado, 14 de junio de 2014

Para la derecha, la clase media es como los yanaconas

Para la derecha, la clase media es como los yanaconas

Sin los yanaconas – indios del servicio – los españoles hubieran sido expulsados del territorio chileno por los mapuches, pues los yanaconas eran mucho más feroces que los conquistadores. Si consideramos que en Chile los ricos son una ínfima minoría, por demás despreciados por la mayoría de los ciudadanos, parece evidente que para triunfar requieren de los “yanaconas modernos” - equivaldría a las famosas capas medias – a quienes hay que convencer que los intereses son equivalentes a los de ellos mismos.

Antes de la presentación del proyecto de ley de reforma tributaria la derecha estaba aislada, derrotada, atribulada y dividida, pero bastó que apareciera este proyecto para que pudiera revivir una vieja estrategia, que consiste en acumular fuerzas, fundamentalmente en los sectores medios y, en menor grado, en los populares; se trataba de buscar estrategias para tratar de convencer a estos grupos sociales de que su forma de vida y de bienestar estaba en peligro si los “bárbaros” comunistas y estatistas lograban imponer un cambio en el sistema tributario.

Para enganchar a los yanaconas del siglo XXI se utilizó toda la enorme batería publicitaria que la derecha posee: la radio, los canales de televisión, los Diarios, panfletos, videos, y otros. En la era de la comunicación, el empleo y posesión de estos medios equivale al poder de una bomba atómica.

En este plano, hay que reconocer que la derecha ha logrado su objetivo. Si bien, en un comienzo la reforma tributaria tenía un consenso favorable, cada vez crece más su rechazo, fundamentalmente porque las capas medias ingenuamente creen que esta mini reforma tributaria va a atentar contra su forma de vida, subiendo, por ejemplo, el precio del “copete” y el cigarro, encareciendo sus casas de recreo – como si todos fueran propietarios en Cachagua -, disminuyendo las pensiones – tal como si fueran accionistas de las grandes empresas, y hasta el más rasca se cree ahorrista del FUT -, en fin, la derecha ha logrado convencer a la gente de que los intereses de pisqueros, por ejemplo, son los mismos que los de los tontos que siguen creyendo que el pisco – nombre incluido - tuvo su origen en Chile.

Los pocos millonarios, que son los dueños del país, no pueden estar más satisfechos, pues han logrado que “los yanaconas” sean los más feroces en la guerra santa, planteada contra estos peligrosos marxistas que pretenden, al menos realizar unos cambios, aunque cosméticos, al modelo neoliberal impuesta por la trilogía Pinochet-Concertación-Piñera.

Como todo gobierno reformista, Bachelet está entre la espada y la pared: o se inclina ante la derecha – como la mayoría de los traidores de la Concertación, olvidándose de las promesas programáticas practicando el gatopardismo, o bien, se atreve decididamente en estos primeros cien días a iniciar – sin retorno – la aplicación integral del programa ofrecido en la campaña presidencial.

En 1965, Eduardo Frei Montalva tuvo que enfrentar el mismo dilema: creyó que con una mayoría parlamentaria y electoral – 80 diputados y el 55,7 de total de los votos – bastaba para imponer y aprobar las profundas reformas y, así, garantizar 30 años de gobierno democratacristiano. La situación político-electoral de Michelle Bachelet es análoga a la Frei Montalva: tiene mayorías parlamentarias y, tanto otrora, como hoy, la derecha política parece aniquilada.

Pienso que ambos mandatarios están cometiendo el mismo error al no visualizar que no existe simetría entre la mayoría política y el poder social que aún detenta la derecha y que, por lógica, cualquier cambio que toque la estructura del modelo va a ser resistida por la derecha. Como en toda guerra, los muertos en la batalla serán los “yanaconas” y no los generales, que estarán en la penumbra, dispuestos a pactar cuando los reformistas se sientan derrotados.

La derecha ha tenido la habilidad de provocar fisuras dentro de la Nueva Mayoría, tarea no muy difícil, pues los Aylwin, los Brunner, los Correa, los Aninat, los Velasco, han sido, son y serán neoliberales, que se encuentran muy cómodos en el seno de una Concertación traidora, vendida y timorata.

Rafael Luis Gumucio Rivas
07/05/2014

Servir Al País (Gastón Soublette)

Servir al País



-Musicólogo. -Maestro en cultura mapuche, filosofía oriental, arte medieval, simbología en cine y sabiduría popular.
-Docente en la Universidad Católica de Chile.

Esta expresión es un lugar común que abunda en el discurso político de cualquier tendencia. Asimismo es frecuente oírla o leerla en las declaraciones que suelen hacer los rectores de universidades al definir la finalidad de la educación superior. La expresión suena bien, tiene un aura de patriotismo y de seriedad moral que la vuelve incuestionable de hecho. Así, quien dice que hay que educar o hacer política para salvar al país, dice algo que a nadie se le ocurriría cuestionar en principio.
Bansky

El presente artículo tiene por objeto llamar la atención de nuestros lectores sobre la falacia que se esconde tras esas palabras aparentemente tan nobles. Eso es lo propio de los lugares comunes, suenan bien y por eso nadie se detiene a examinarlos, pues nadie los pone en duda en lo referente a su significación inmediata y aparente. Por eso, la más relevante característica de los lugares comunes es el hecho de su fragilidad, que no resiste el primer intento de ser analizado para verificar el alcance de significación que se les atribuye.

Esa verificación comienza con la formulación de la siguiente pregunta: ¿Qué es el país? Y de inmediato surge una vacilación y una duda en todos aquellos que intentan responderla. La expresión sonaba bien, pero ahora resulta que al intentar definir el objeto de nuestro servicio como políticos, como educadores, profesionales, trabajadores, etc., no se ve claro lo que antes se daba por entendido.

Buscando una definición que se adecue a eso que antes creíamos entendido, nos hallamos con la sorpresa de que aquello que designábamos con la palabra "país" es escurridizo, y el intento por contenerlo en una definición nos permite visualizar posibilidades que parecen converger a verdades no convencionales que en sí resultan inquietantes y por demás incómodas.
Bansky

Es como evidente, por otra parte, que quien define el objetivo de la política y de la educación superior como un servicio al país, está identificando lo que se quiere designar con la palabra país con sus habitantes, de modo que quien usa este lugar común, en el fondo quiere decir que el servicio aludido es obviamente en beneficio de la comunidad nacional.

Para solucionar este dilema, nada mejor que atenerse a los hechos en su cruda realidad. Esa cruda realidad se percibe al comparar lo que los candidatos triunfantes en las elecciones presidenciales dicen en su discurso inicial el día mismo de las elecciones, con la sensación de vacío que queda al término de su período y de su servicio al país, vacío en el sentido de que todos tienen la sensación de que, no obstante el programa de realizaciones prometido, en los hechos no ha ocurrido nada. Y peor aún, que los beneficiados con la gestión de quien ocupó el sillón presidencial constituye un reducido grupo de emprendedores, quienes, de hecho, controlan la economía del país. Ese grupo de emprendedores militan o son apoyados por partidos políticos conocidos de todos, y se esforzaron invirtiendo grandes caudales en la campaña publicitaria de su candidato, quien, no obstante los grandes recursos financieros disponibles, perdió la elección, pues el candidato de centro izquierda resultó más convincente para las aspiraciones del ciudadano medio que integra la masa de electores.

Con todo, al término del período del presidente elegido, la única realidad tangible es que el reducido grupo de privilegiados emprendedores hizo durante cuatro años negocios de gran envergadura que le permitió incrementar sus capitales de un modo exponencial. Así, nunca falta quien comente que durante los gobiernos de la centro izquierda en Chile de hecho se puso en práctica la mejor política de derecha.

Con estas reflexiones se ha procurado una aproximación a la respuesta de la interrogante formulada más atrás: ¿Qué es el país?

Quizás en otros lugares comunes hallemos pistas que nos aclaren aún más lo que estamos descubriendo. Puede que al término del período presidencial antes mencionado, el ministro de hacienda o de economía diga que la economía del país creció en un cuatro por ciento. Y con todo, la ciudadanía sigue con la sensación de que no ocurrió nada, que en materia social no se hizo nada. En los crudos hechos, puede que la economía del país haya crecido un cuatro por ciento, y que ese lugar común, que contribuye a mantener las apariencias, sea repetido por resonancia imitativa en la gran masa, lo cual, sin embargo, no nos libera de la sensación de que no ocurrió nada, por la sencilla razón de que cuando se dice que la economía de un país crece, ese crecimiento favorece solo a quienes controlan la economía, en tanto que el ciudadano común queda igual o peor que antes. Entonces, ya nos hallaríamos en condiciones de afirmar que en los hechos lo que se señala como finalidad de la política y de la educación superior, esto es, el servicio al país, deja al descubierto la servidumbre a que toda la ciudadanía es reducida para que un pequeño grupo, que detenta el poder económico, pueda maximizar sus utilidades. Así queda en claro que el país no es la nación; es solo un constructo económico y tecnológico, regido por la lógica de los negocios, de una minoría privilegiada.

Así, lo que se designa país en el discurso político, no somos nosotros.

El país necesita energía, pero no tanto para la población, sino para la gran minería. El país necesita un tendido eléctrico de gran envergadura que una las regiones, pero la empresa que ganó la licitación, en principio, se reserva el derecho de fijar el lugar por donde pasarán sus cables y se levantarán sus torres, lugar que siempre altera el buen vivir de la población, habiendo otras opciones que le exigirían una inversión un poco más onerosa. En ese dilema los gobiernos no toman la iniciativa de defender a la gente ni al medio ambiente; esperan que los afectados presenten sus reclamos, en tanto que la solución de la empresa sigue un curso normal para su aprobación, sin que de esto se dé una información adecuada a quienes la megaconstrucción les altera su existencia y la identidad natural tradicional de su región.

La minería siempre tiene un privilegio para intervenir en las regiones. Consume ingentes cantidades de agua, al punto que en ciertos casos las comunidades locales han quedado en seco, pero eso para nuestros políticos no tiene tanta importancia como el hecho de que esa actividad contribuye al crecimiento del país.

Los gaseoductos y las termoeléctricas que instalan ciertas empresas con la mira prioritaria de que la instalación le permita reducir gastos al máximo, siempre han generado conflictos en una población que se siente vivir en la total indefensión de parte de las autoridades. Todos estos conflictos han llegado a formar parte del más amplio movimiento de movilización social que caracteriza a nuestro tiempo, pues da la impresión de que la indefensión cubre todo el espectro de ámbitos de la vida nacional. En Olmué y Limache, si no hubiese habido movilización social para defender a la región de las pretensiones de las empresas, el valle en que están ubicados estos dos pueblos estaría atravesado y cortado en dos por un peligroso gaseoducto que siempre es prudente situar lejos de las zonas habitadas, y contaminado por la emanaciones de una termoeléctrica. El parque de conservación La Campana estaría intervenido por tres explotaciones mineras, instaladas ahí contra la legalidad vigente por muchos años.

Tardíamente y cuando los desastres ambientales se vuelven muy evidentes, los gobiernos se ven en la obligación de tomar cartas en el asunto, como fue el caso del río Cruces de Valdivia, contaminado por los desechos de una planta de celulosa cuyo estudio previo de impacto ambiental lo elaboró la misma empresa. En este caso, si la población no se moviliza para defender su derecho a vivir en un medio libre de contaminación, las autoridades habrían permanecido en la inacción, pues cisnes menos o cisnes más… ¿qué le puede importar eso a un político?

El Cajón del Maipo siempre ha estado amenazado por diversas intervenciones de la industria. La argumentación de quienes lo han defendido heroicamente parece dejar indiferentes a los gobiernos, y eso porque el ámbito en que se mueve la política contingente está alejado del país real que tenemos. Así, quien entra en esa maquinaria se ve envuelto en una mecánica constituida por puras maniobras, en ausencia total de una sabiduría política y una cultura humanística que libere la mente del político de la alienación en que está sumida. Esa alienación la provoca el mito del progreso en el puro sentido económico y tecnológico, y según la lógica de los negocios. Por eso los políticos prometen, pero en el ejercicio de su cargo saben que poco o nada de lo prometido se puede realizar.

La única solución a este problema está en manos de la ciudadanía misma, y consiste en comenzar a vivir sin esperar nada de los políticos, conquistando paso a paso su autonomía como comunidad, ejerciendo de hecho su soberanía en forma directa, formándose en una escuela de pensamiento que ponga los valores por sobre los intereses, desengañándose de este modelo de civilización que ya agotó todos sus recursos, demostrando que su creciente poder como intervención del orden dado, natural y humano, nos está llevando a un colapso inevitable.


domingo, 12 de enero de 2014

Rosita Renard at Carnegie Hall

01

Rosita Renard at Carnegie Hall [Live] 19 January 1949 plus Rare Recordings from 1928
EAC rip | Flac, IMG+CUE, Log | 284 MB | Full HQ scans | WinRar [no rec. rec] | RS.com
Label: VAIA/IPA # 1028-2 | Rel. 1993| Rec.: 1949 (Carnegie Hall Recital) & 1928 (Rare 78 RPM Recordings)

From the notes: Rosita Renard was born in Santiago, Chile, on February 8, 1894, the daughter of a building contractor; she showed extraordinary gifts as a child, and made her pianistic debut at the age of fourteen playing the Grieg Concerto with the Chilean Symphony Orchestra. A year later the government awarded her a scholarship to study in Berlin at the Stern Conservatory. Arriving there in 1910, Rosita was put in the master class of Martin Krause, a Liszt pupil today remembered as the teacher of Edwin Fischer, who was Renard's classmate and friend, and Claudio Arrau, her countryman, who was seven years Renard's junior. The two families were friendly and when it came time for the nine-year-old Arrau to audition fro Krause in 1912, it was Rosita Renard who actually took the young boy by the hand to the audition" Notes by Edward Blickstein


02

CD 1
Bach: Partita No. 1 in B flat

1. Prelude
2. Allemande
3. Courante
4. Sarabande
5. Minutes 1 and 2
6. Gigue
Mozart: Sonata No. 15, K. 310 in A minor
7. Allegro Maestoso
8. Andante Cantabile con Espressione
9. Presto
10. Mendelssohn: Variations Sérieuses, Op. 54
11. Mozart: Rondo, K. 485, D major
12. Chopin: Etude, Op. 10 No. 11, E flat
13. Chopin: Etude, Op. 25 No. 5, E minor
14. Chopin: Etude, Op. 10 No. 3, E major
15. Chopin: Etude, Op. 25 No. 8, D flat
16. Chopin: Etude, Op. 25 No. 4, A minor
17. Chopin: Etude, Op. 10 No. 2, A minor
18. Chopin: Mazurka, Op. 30 No. 4, C sharp minor
19. Mendelssohn: Prelude, Op. 104 No. 1, B flat
20. Chopin: Etude, Op. 25 No. 2, F minor
21. Chopin: Etude, Op. 25 No. 3, F major
22. Chopin: Etude, Op. 10 No. 4, C sharp minor


CD 2
1. Ravel: Valses Nobles et Sentimentales
2. Debussy: Danse
3. Chopin: Mazurka, Op. 59 No. 3, F sharp minor
Live Recording on January 19, 1949 at Carnegie Hall

From 78 rpm discs (recorded circa 1928):
4. Boccherini: Minuet from Quintet, Op. 13 No. 5
5. Mozart: Rondo, K. 485, D Major
Beethoven: Sonata, Op. 31 No. 1 in G major
6. Allegro vivace
7. Adagio grazioso
8. Rondo allegretto
9. Mendelssohn: Prelude, Op. 104 No. 1, B flat
10. Chopin: Prelude, Op. 28 No. 7, A major
11. Chopin: Nocturne, Op. 9 No. 2, E flat
12. Chopin: Nocturne, Op. 15 No. 2, F sharp
13. Strauss/Schulz-Evler: Arabesques on Themes
from The Beautiful Blue Danube(Abridged)
Santa Cruz: From the Suite: Viñetas, Op. 8
14. Galente
15. Grotesque

Rosita Renard, piano


Rosita Renard suffered from a shy and withdrawn personality, which made the strain of concert life too much to bear. It is hard to reconcile the image of this shy, retiring, introverted woman with the grand sweep and power of her playing. Somehow her modesty freed her to ignite before audiences, but the situation caused a tension between the artist and the woman, which precipitated a complete retirement from the stage and returned to Chile...

But in 1945 conductor Erich Kleiber was looking for a pianist to perform a Mozart concerto [in Buenos Aires] and someone suggested Renard. When he heard her play, Kleiber engaged her immediately. Suddenly her career blossomed. She seemed especially at ease with Kleiber and soon became his favorite pianist, playing Mozart concertos with him throughout Latin America.

... The rebirth of her career brought her back to the US. She returned after 22 years to give the only Carnegie Hall concert of her life, the last of her New York recitals, on January 19, 1949. The recital caused a sensation: "Stirring, impressive, enchanting".

Fuente:
Enlace de Descarga: Mega: Rosita Renard

sábado, 31 de marzo de 2012

El Escenario Traicionó La Magia



El Escenario Traicionó la Magia

Con la intención de conocer instrumentos primivitos y músicas autóctonas en la década de los '70 este músico realizó una extensa expedición por el Matto Grosso, donde convivió con diferentes tribus y culturas. En una remota aldea de Caraguas le sucedió un episodio iluminador.

Gismonti, se encontraba tocando la guitarra y repentinamente observó preocupado que todos los hombres se alejaron de él y le dieron la espalda y comenzaron a batir las palmas hacia la selva. Él creyó que los había perturbado o que estaba quebrando algún tabú particular.

Después de un rato le explicaron rudimentariamente que, en realidad su música los había conmovido y que entonces, cuando un hombre está haciendo algo tan importante hay que dejarlo solo y que batieran las palmas hacia la selva era para alejar los malos espíritus, para que de esa manera él pudiera seguir convocado esas melodías para ellos mágicas.

Para los caraguas la música era mágica y transformadora. El músico era un chamán. Ese aplauso era profundamente místico.Cuando el aplauso giró hacia el chamán, éste se convirtió en un artista y nació el escenario.

El aplauso actual es una traición a la magia y el escenario es el espacio principal donde esa traición se ejecuta en los mega eventos que nada cambian en la vida de nadie y que trasnforma a los misteriosos magos en frívolos artistas.

Pero la música sigue viva en todas las calles y aldeas, la hacen todos los hombres, mujeres y niños del pueblo con latas o botellas, convocando así la magia perdida.


El habitante del bosque lluvioso - EGBERTO GISMONTI

Cuenta la leyenda que el señor Egberto Gismonti, en uno de aquellos días en que trataba de convencer a los indígenas de la tribu Yawaiapitì (zona del alto Xingu en la Amazonía) que quería ir a estudiar sus costumbres e idiomática musical, se puso en mitad del bosque a tocar su guitarra y su flauta por 2 semanas consecutivas, lloviera o hiciera mucho calor.
Llegado el momento en que los indígenas curiosos se amontonaron al rededor de Gismonti, hicieron un circulo , espalda con espalda y mirando al bosque.
En un momento de pausa, los indígenas comenzaron a aplaudir, pero no a Gismonti, sino al bosque. Egberto quedó pasmado. Encerrado por las espaldas de los nativos y sin palabras.

Cuando ya pudo entrar en la tribu, con un poco mas de libertad, Gismonti le pregunta al jefe Sapaim, porque ese gesto de no aplaudirlo a él, y el jefe Sapaim le responde :
"Lo que hizo mi gente fue protegerte, proteger tu idea de la música y con sus aplausos espantar a los malos espíritus del bosque que quisieran entrar en tu centro. Nuestra tribu cuido lo mas sagrado que un habitante de este bosque puede hacer, el contacto de su alma con el entorno a través de la música"

Gismonti luego de eso no volvería a ser lo mismo, su particular búsqueda desde el dodecafonismo a la música popular brasileña, desde las composiciones orquestadas al jazz brasilero. Gismonti ha grabado cerca de 100 discos en su carrera llena de perfección y soledad bajo la humedad de los bosques del Brasil.


Entrevista a Enrique Symns de la Rolling Stone

(...) -Mirá, hay dos cosas muy distintas: una es el oficio y otra es ser artista. Para ser un artista hay que ser héroe, chamán y creador. El héroe es lo que te iguala a lo cotidiano, para ser chamán hay que querer a los demás y para ser creador hay que tener talento. Sin esas tres cosas no se puede ser artista. Lo demás es oficio. Egberto Gismonti contaba que él se iba a la selva, al hastío más ignoto, a robar sonidos. Cuenta que una vez llega una tribu, allá en el Mato Grosso, y él en un momento determinado se pone a tocar la guitarra. Ve que todos se alejan de él, se ponen de espaldas y empiezan a batir palmas, entonces él pregunta qué había hecho mal. El chamán lo mira y le dice: “Cuando un chamán [ellos no lo llaman artista] empieza a investigar el misterio, hay que dejarlo solo, hay que darle la espalda y aplaudir hacia la selva para espantar los malos espíritus”. Gismonti entonces dice: “Cuando ese aplauso se dio vuelta y se dirigió hacia mí, se invirtió la brujería, ahora yo soy el mal espíritu, todo lo que suceda en el escenario es una maldición”. Vos fijate, los pobres pibes compran entradas para ver lo que sea. A mí me da mucha verguenza cuando tengo que cobrar entrada; el tipo viene a verte para cambiar su vida y vos lo engañás, no le das nada más que un referente, porque no le estás proponiendo una vida. Por eso el mundo es un mundo desacinado, un mundo global donde ya es muy difícil comparar a un artista con un chamán. Fito Páez también coincidía en esa versión de que a un cantante popular la única posibilidad que le cabe es tener un origen chamánico, porque la música es importante, no la letra. A la canción popular yo siempre le tuve una enorme desconfianza. (...)

domingo, 25 de marzo de 2012

Era un día feliz / El Terremoto y el Mito

Era un día feliz

Tentenvilú había creado el Archipiélago de Chiloé. Ahora descansaba sobre una roca.
En ese momento se presentó Caicaivilú y le dijo:
- Como soy mas astuto que tú porque veo debajo del agua, quiero poseer tu imperio para reinar sobre los hombres.
El Dios de la Tierra, después de reflexionar detenidamente, respondió:
- Bien, tu deseo merece una oportunidad, pero tus dominios sólo abarcarán hasta donde veas tierra, lo verde será mío.
El Dios del Mar inclinó sus fauces y agregó con fruición:
- Gracias por tu generosidad, pero ¿cuándo será eso?
- Al nacer el sol subsiguiente. Necesito ese tiempo para prepararme.
Mientras se alejaba hacia las profundidades del Océano iba pensando: "Este Tentenvilú pretende confundirme con palabras misteriosas. Pasado mañana seré dueño del Archipiélago, y así, cubriré todo con mis aguas eternas. En cuanto a él, lo que más hay allá arriba son piedras y arena... ¡Tierra!.. ¿Verde? ¡Qué cosa más ridícula! ¡La tierra no es verde!
Al tercer día desplegó sus aletas y emergió con aires de triunfo.
Pero durante el día anterior, Tentenvilú había creado la vegetación, las colinas y los bosques mas exuberantes, de manera que Caicaivilú encontró todo verde.
Terriblemente indignado lanzó una diatriba.
- ¡Esta vez me has engañado!... Pero ya verás lo que hago con los seres que habitan tus dominios. Haré que se levante una espantosa marejada y todos morirán ahogados.
Y creó el Maremoto.
Tentenvilú se levantó, sonrió y dijo:
-Yo crearé el temblor que anunciará tu furia y así nadie será sorprendido.
Ademas el Dios de la Tierra, creó la cordillera de la Costa, por lo que resultó inútil la amenaza de Caicaivilú.

Cuentos Ancestrales de la Región Williche. Hector Véliz. Editorial Mentanegra.
Cuento de raigambre ancestral. Escrito acerca de los mitos creadores del Archipiélago de Chiloé.

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El Terremoto y el Mito
En la lengua mapuche existen más de quince palabras que hablan de mantenerse atento, vigilante. La cultura oficial ha sabido adormecer al hombre al extremo de no hacerlo reaccionar ante un cataclismo.
Por Héctor Véliz

La historia oficial nos habla de cataclismos, y hasta tiene su ciencia específica para los terremotos: la sismología.

La historia popular es el folklor, según los creadores de la ciencia oficial; y allí se pueden encontrar los mitos primordiales de la creación mapuche: Tentenvilú y Caicaivilú. Ambas visiones de la realidad conviven en nuestro Chile que deviene también de la Nación Mapuche.

En la lengua ancestral- Mapudungun – existe el concepto chewcuto para señalar el momento previo al truntrun o terremoto, que es la lucha mítica entre el dios de la Tierra (Tentenvilú) y el dios del Mar (Caicaivilú).

Esta creencia popular o mito – todos quienes hemos sido criado en la cosmovisión mapuche, la hemos escuchado y aprendido hasta la pesadilla – es parte de nuestra formación cultural, que nos habla de lo frágil que es la naturaleza humana cuando huye de las fuerzas oceánicas de Caicaivilú.

Este conocimiento de vida que es omitido por los winkas, permitió salvar vidas en las zonas de alta presencia indígena, donde el respeto al conocimiento de los mitos y leyendas, a veces parece constituir el único legado ancestral que poseen los hijos de la tierra para sobrevivir en la Madre Tierra (la Ñukemapu).

En el aspecto político, el ciudadano winka, esperó las voces de sus iluminados – las autoridades y expertos en defensa – para actuar (escapar de la tragedia es imposible) y sobrevivir al terremoto-maremoto. Por otra parte, las comunidades indígenas, gracias a la formación mítica sobre la naturaleza del territorio que les toca habitar – algunos lo llaman determinismo geográfico – no necesitaron sino activar su memoria, el recuerdo vivo, transmitido por generaciones y de manera oral, para salir huyendo hacia los cerros, hasta donde también escapa Tentenvilú y así burlar las embestidas de Caicaivilú.

Dice el weupife (historiador mapuche), que el dios de la tierra tuvo la precaución de crear la Cordillera de la Costa para proteger al hombre de la furia del Caicavilú y que el terremoto es anunciado por sucesivos temblores (truntrun) para que hombres y mujeres huyan hacia las montañas. Pero el winka está demasiado pendiente de la racionalidad del sismógrafo para comprender la irracionalidad de los mitos que pueblan el territorio.

El poder ideológico del gobierno central paralizó toda iniciativa de los ciudadanos que dependen de sus instituciones; no pasó lo mismo con las comunidades lejanas como Cobquecura, donde primó el recuerdo, la memoria, el mito. Esa comunidad indígena nos demuestra que el hombre necesita de sus mitos para mantenerse despierto y alerta. En la lengua mapuche existen más de quince palabras que hablan de mantenerse atento, vigilante; incluso los sueños son signos de alerta. La cultura oficial ha sabido adormecer al hombre al extremo de no hacerlo reaccionar ante un cataclismo.

El sismo, dicen, muestra lo peor y lo mejor del ser humano. En la urbe, el saqueo y la estafa salieron de los escombros para mostrar su espantosa desfachatez; al parecer, no sucedió así en las comunidades más distantes de la cultura oficial. En estos apartados lugares, los ciudadanos comunes y corrientes, alejados de toda influencia de la ciencia social, fueron capaces de mantener los lazos asociativos para no sólo escapar hacia la supervivencia sino, además, para mantenerse unidos como una sola gran familia.

El delirio tremens en que se sumió parte de la población – unos saqueando y otros armándose para matar – muestra el grado de desesperación social que se genera cuando la ciencia del Estado fracasa o se demora en reaccionar.

Los organismos del poder fueron salvados por los comunicadores, esos anarquistas que afortunadamente todo lo denuncian y todo lo critican. Así, la naturaleza, pareciera decirnos que a mayor civilización, mayor tribulación; y que a más folklor, mejor comprensión de la vida, porque ese conocimiento popular no es otra cosa que la memoria, el recuerdo activo manifestado cara a cara, lejos de esos tediosos tratados donde la tragedia humana es tabulado en estadísticas que finalmente nadie consulta.

Podrán decir que soy un mitómano, pero es en medio de ésta alegoría, donde la épica popular mantiene fresca la memoria de los pueblos desaparecidos bajo las fauces del océano, por aquellos que no creen en las narraciones que hablan de la lucha entre los dioses primordiales de la cultura mapuche.

Por otra parte, los partidos políticos, demostraron su incapacidad frente a las comunidades que dicen representar, porque fueron las organizaciones populares sin ideologías políticas, quienes tomaron el mando de las circunstancias, como esa niñita de la Isla Juan Fernández, que salvó a su comunidad, tal vez porque en su memoria fresca e impresionable, mantenía el recuerdo de la fuerza demoledora de ese dios celoso, que quiso destruir a la humanidad.

Rosa Araneda - Volcán Calbuco

Dos plagas más el volcán Calbuco y el cambio tan bajo El volcán vomita fuego en la noche y en el día: ¡Ay, Jesús, Virgen María, atiende...